miércoles, 7 de enero de 2009

Risa indebida

Debería irme al infierno por reírme de ciertas cosas, pero es inevitable. El otro día estaba camino a la casa de mi abuela y subí a una combi casi vacía. Yo estaba sentado como copiloto del chofer. Escuché una señora que decía "bajan en la esquina" y una voz que repetía "ajan ela ekina". Yo pensé que sería su nieto que la estaba remedando y sonreí. Luego escuché: "Bajan en Benavides" y ésta vez repitieron "ajan enaides" volví a sonreír y voltié a ver quién era el chico que remedaba. Era el cobrador que tenía un problema en la boca. Me sentí mal por sonreír por eso. Pero no lo podía evitar al escuchar cuando el chico remedaba a todos los que bajaban. Y no sabía que haría cuando yo tenga que bajar. No iba a poder aguantar, la gente me vería mal y quizás la próxima vez que vea al cobrador sería en América noticias donde aparecería muerto por tomar Racumín. Y su familia declararía a las pantallas "Era un hombre bueno, no sabemos qué pudo motivarlo a hacer eso señorita". Harían una vigilia en el parque Kennedy con enlace en directo con canal N para encontrarme. La gente usaría listones marrones para solidarizarse. Los venderían en Wong y Ripley a 5 soles (Los chilenos saben hacer negocio). Saldrían las "Oh diosas" anunciándolo en los paneles camino al sur. Así que bajé de improviso sin avisar para evitar reírme y no tener que vivir lo que pensé.

Le conté a mi madre lo que me pasó y me contó que cuando ella era universitaria tenía que salir en la noche a una hora exacta para poder alcanzar el último carro que pasaba por ahí y que podía traerla a la casa de sus padres, evitando tomar taxi a esas horas. Una noche de esas tuvo que correr porque estaba llegando tarde al paradero y en su camino sin querer patea el bastón de un ciego de la tercera edad. El ciego cae al piso y mi madre se puso roja de ver esa situación. ¿Qué hizo? Corrió y llegó a subir al bus que la sacó de la escena vergonzosa. Me imaginé al viejito en la oscuridad pidiendo ayuda tirado en el suelo sin saber quién había pateado su bastón, mi madre roja y corriendo de la escena. Me reí mucho. Debería irme al infierno. Soy una rata. No merezco la entrada al cielo. Aunque quizás en el infierno tenga entrada VIP y me den champagne de la casa si es que el diablo no está usando su listón marrón.

6 comentarios:

Unknown dijo...

En realidad es un comentario a la foto del blog, me gusta! tiene estilo (y)

A Sotomayor dijo...

Gracias. Me faltó usar un listón marrón en la foto.

Anónimo dijo...

Brother, me gusta como escribes pero eres algo cojudo y frinki!!!!!!! - Cuando veas ese tipo de cosas... ponte a pensar: "qué pasaría si yo fuera.....", te gustaría? -

Himbler O.

http://himblerescribe.blogspot.com

A Sotomayor dijo...

El fin de este post es mostrar como algunos peruanos nos reimos de cosas que no deberiamos reirnos, como cuando alguien se cae de la silla. Algunas cosas nos causan risa aunque no deberiamos reirnos. Apuesto que al leer el post algunos sonrieron también al imaginar la situación. Por eso usaré mi liston marrón. :)

Anónimo dijo...

eres un maldiiitoo!! jajaja pero debo reconocer q cuando veo eso, también me causa muchísima gracia y empiezo a matarme de risa sin roche :P

Anónimo dijo...

Yo tambien me hubiera reido mucho con ese cobrador, pero sin que se de cuenta :D