viernes, 30 de enero de 2009

Chola

Soy de las personas que prefieren no ser atendidos por alguien, no me gusta que me sirvan el desayuno o que ordenen mi cuarto porque siento que invaden mi privacidad. Cuando vivía donde mi abuelita y yo era un niño teníamos empleada, pero ellas duraban poco tiempo. Aquí las empleadas y los taxis no son un lujo como en otros países.

Santusa, era el nombre de una de las empleadas que recuerdo. Ella nunca había usado un inodoro confesó, así que mi abuela le enseñó a jalar la palanca. Se sorprendió de cómo hacia ruido. Todo iba bien en su primera semana, hasta que una tarde se cagó literalmente en el lavadero de la cocina. Tenía miedo del inodoro confesó. Fue despedida por razones comprensibles. Otra empleada fue despedida porque puso vodka en el biberón de la hermana menor de mi madre para que se quede dormida y así irse al parque con su enamorado. Yo no había nacido felizmente sino me hubiera metido mi primera borrachera muy prematuramente.

Algunos las marginan al dirigirse hacia ellas como “chola”. Algo cruel que no he puesto en práctica. Pero hace poco quedé como un racista.

Un amigo me invitó a pasar una semana en su casa en Trujillo. Eran las 8:30am cuando mi amigo y yo estábamos en el mismo cuarto y de pronto escuché desde la calle la voz con acento francés de su papá gritando a todo pulmón “¡Chola! ¡Chola!” miré a mi amigo que estaba despertándose y le dije: “Creo que tu viejo se está peleando en la calle” y me respondió: “Está sacando a la perra, se llama Chola”. Me contó que también tenían una gata que estaba preñada y se llamaba “Ruca”.

A la hora de almuerzo la perra quería meterse al comedor de la cocina y la abuela, muy linda ella, no quería que se meta a la cocina pensando que me incomodaría quizás, entonces gritó “¡Chola sal!” No sé si los demás miembros se dieron cuenta, pero la empleada que estaba en la cocina se retiró, no sé si fue coincidencia o un mal entendido. Fue chistosa la situación. Una tarde el hermano menor de mi amigo, con el cual salía a correr a diario me dijo para soltar a la perra en el parque mientras corríamos. Me dijo cuando estábamos afuera “Llámala por su nombre fuerte para que te haga caso” Yo algo tímido dije “Chola ven” y su dueño me dijo: “Más fuerte” así que grité en una manera muy desestresante “¡Chola! ¡Chola! ¡Chola ven!”. Una pareja de enamorados que estaban en el parque echados sobre el mismo césped donde “chola” había orinado ayer se incomodaron al parecer y se fueron. Sentí que me veían como un racista, pero así se llamaba la perra. El nombre me parecía muy pintoresco. Fue una sensación nueva para mí poder gritar de esa forma. El racismo es algo ridículo en verdad, sobretodo en esta época. La familia no era racista, ni yo tampoco. Fueron muy originales al nombrar a la mascota. Lo admito. La pasé muy bien esa semana lejos del caos limeño. Quiero volver a ver a Chola.

domingo, 25 de enero de 2009

Casero

Eran las 7:30am del sábado, momento en el cual mi sueño está en lo más profundo y si alguien osa despertarme en ese instante tiene que prepararse para recibir insultos de todo calibre y maldiciones para sus siete siguientes generaciones. Pero en ese instante el timbré de la casa de mi abuela sonó como si fuera la campana final de una pelea de box. Mi Rottweiler ladró como si hubiera olfateado al hijo del diablo. Me desperté y escuché una voz que decía: "Camarones señora, ahí tiene camarones" y volvieron a tocar el timbre. Yo tengo la costumbre de dormir en boxer, pero aun así no me importó levantarme y bajé decidido a soltar a mi perro para que le de el susto de su vida al infeliz. Al abrir la puerta parece que el vendedor se había ido y gritaba a lo lejos "camarones casera" y mi perro le ladró más fuerte como retándolo a volver. Yo frustrado por no ver como mi can cumplía su propósito. ¿Camarones?: Pensé. ¿No están en veda? Pero verdad, estoy en Perú. ¿Quién dijo que vender de puerta en puerta tocando los timbres o llamando por teléfono para ofrecer sus productos agresivamente era una buena idea? Apuesto que la gente descarga su estrés con ellos. Alguna vez vi a un vecino tonto que no tenia carácter para evitarlos y terminaba leyendo lo que le ordenaban los que venían a hablar de religión. Tiempo atrás mi amigo del colegio y yo vimos a un vendedor siendo choteado con un portazo. Mi amigo me dijo: "Ya ves, por eso quiero estudiar". Solo espero que el próximo sábado si es que llegara nuevamente ese vendedor mi perro pueda darle mis saludos desde la reja.

domingo, 18 de enero de 2009

Amor

Hay personas que demuestran su amor abiertamente. Eso me di cuenta cuando en un supermercado estaba esperando que un señor con pinta de profesor de matemáticas termine de cancelar sus productos y así yo poder pagar mi recibo de luz. Este señor se encontraba con su familia y le dice a quien parecía ser su esposa "¿Qué hora es?" una pregunta directa que recibe una respuesta que me robó una sonrisa. "3:15 Bebé". ¿Dijo Bebé?. En ese momento me daba ganas de decirle: "Apúrate Bebé, necesito pagar mi recibo de luz" ¿Por qué le decía Bebe? ¿Por su falta de cabello? ¿Por su dentadura? o quizás una incontinencia urinaria es la respuesta. No me gustaría que me digan "Bebé" y menos en público. Si voy a tener una pareja que me ponga apodos que me hagan quedar en ridículo ante la gente prefiero no tener pareja.

Luego mientras estaba en el cine esperando que inicie la película y comiendo mi combo 3 agrandado por 2 soles había una pareja junto a mi. Alguien timbró al chico con número privado y la chica le preguntó en tono celoso: "¿Quién te timbra con número privado?" El chico dijo: "No sé" (obvio pensaba, por algo es privado) La chica con un rostro que demostraba fastidio seguía comiendo su cancha y el chico queriendo engreírla para que se le pase los celos. Se le veía algo mortificado por tener a su amorcito asi. Yo no quiero que me estresen justo cuando voy a empezar a ver una película. Pago mi entrada sin contar que he pagado por la cancha más cara del mundo creo y lo mínimo que pido es tranquilidad para ver mi película.

Paso por debajo del Óvalo de Higuereta y veo un graffiti que dice: "Te amo" con el nombre de la chica y firmado por el autor. Camino por la calle y veo en la vereda una pinga dibujada de manera muy primariosa y más allá también en la vereda el nombre un chico seguido de un signo de suma y el de la chica en un corazón. Qué romántico es el amor piraña. Llego a mi departamento y veo una pareja que se besa de manera casi pornográfica en una de las bancas del parque. Supongo que se serán fieles al menos. Porque ya se sabe que en el programa de Laura Bozzo todo era actuado y esos infieles que tenían amantes que al mismo tiempo las amantes les eran infieles no existe en la realidad peruana. ¿Y a ti cómo te dice tu "Bebé"?

miércoles, 7 de enero de 2009

Risa indebida

Debería irme al infierno por reírme de ciertas cosas, pero es inevitable. El otro día estaba camino a la casa de mi abuela y subí a una combi casi vacía. Yo estaba sentado como copiloto del chofer. Escuché una señora que decía "bajan en la esquina" y una voz que repetía "ajan ela ekina". Yo pensé que sería su nieto que la estaba remedando y sonreí. Luego escuché: "Bajan en Benavides" y ésta vez repitieron "ajan enaides" volví a sonreír y voltié a ver quién era el chico que remedaba. Era el cobrador que tenía un problema en la boca. Me sentí mal por sonreír por eso. Pero no lo podía evitar al escuchar cuando el chico remedaba a todos los que bajaban. Y no sabía que haría cuando yo tenga que bajar. No iba a poder aguantar, la gente me vería mal y quizás la próxima vez que vea al cobrador sería en América noticias donde aparecería muerto por tomar Racumín. Y su familia declararía a las pantallas "Era un hombre bueno, no sabemos qué pudo motivarlo a hacer eso señorita". Harían una vigilia en el parque Kennedy con enlace en directo con canal N para encontrarme. La gente usaría listones marrones para solidarizarse. Los venderían en Wong y Ripley a 5 soles (Los chilenos saben hacer negocio). Saldrían las "Oh diosas" anunciándolo en los paneles camino al sur. Así que bajé de improviso sin avisar para evitar reírme y no tener que vivir lo que pensé.

Le conté a mi madre lo que me pasó y me contó que cuando ella era universitaria tenía que salir en la noche a una hora exacta para poder alcanzar el último carro que pasaba por ahí y que podía traerla a la casa de sus padres, evitando tomar taxi a esas horas. Una noche de esas tuvo que correr porque estaba llegando tarde al paradero y en su camino sin querer patea el bastón de un ciego de la tercera edad. El ciego cae al piso y mi madre se puso roja de ver esa situación. ¿Qué hizo? Corrió y llegó a subir al bus que la sacó de la escena vergonzosa. Me imaginé al viejito en la oscuridad pidiendo ayuda tirado en el suelo sin saber quién había pateado su bastón, mi madre roja y corriendo de la escena. Me reí mucho. Debería irme al infierno. Soy una rata. No merezco la entrada al cielo. Aunque quizás en el infierno tenga entrada VIP y me den champagne de la casa si es que el diablo no está usando su listón marrón.

martes, 6 de enero de 2009

Conducta

Tengo una prima que vive en Florida y cuando vino a Lima y salíamos por las calles me comentaba que le encantaría tomarle fotos a la gente, porque actúan muy extraño algunos. Le di la razón. Gente que escupe en las calles, que se mete al mar en calzoncillos, que cuando sale de un restaurant se soba la barriga levantándose el polo. Algunos aplauden cuando se ríen como si no fuera suficiente ruido con su escandalosa carcajada. Cambistas y dateros que se juegan de manos en las esquinas y se ríen. Entras a una tienda y no te saludan sino te miran con desconfianza y no saben que hacer. Un "hola" y una sonrisa seria agradable. Algunas señoras que riegan sus veredas de cemento y sus paredes. Los que se sientan al lado del pasillo en las combis y en vez de moverse para el lado de la ventana y así te sientes más rápido prefieren girar sin despegar su trasero del asiento para hacerte más difícil sentarte. Cuando alguien lee el "bocón" del que está a su costado con toda confianza sin conocerlo. Una vez un remedo de huachimán me pidió un carnet de exalumno para ingresar a mi ex colegio; me reí. Un policía una vez en la puerta de un rave me decía que hace más de 3 horas estaba escuchando la misma canción que se repetía. Tenía una profesora que si le preguntabas algo que no sabía como responderte le empezaba a palpitar el ojo derecho. Tenía también una empleada que cantaba canciones saltando y aplaudiendo dando gloria al señor mientras cocinaba. Se veía graciosa con su uniforme saltando en sayonaras. Una vez estaba por Caminos del Inca y Velasco Astete en Surco y una chica que parecia que se iba a una entrevista de trabajo, por lo arreglada que estaba, fue sorprendida por una señora que le jaló el pelo y le gritó "Perra de mierda, te quieres robar a mi marido y mi plata." La señora luego de jalonear a su antojo a la chica, cruzó la pista como si nada hubiera pasado. "¡Loca!" le gritaron. Y pude reconocer que era la loca que va a los bancos y exige su dinero. En Lima la gente es especial. Yo trato de verle el lado gracioso y ser un loco más para no desentonar. Mi prima se fue a Florida sin tomar fotos a la gente, sino ella se hubiera visto como una loca.

sábado, 3 de enero de 2009

Entre pelotas

Estaba entrenando en el gimnasio mientras veía un grupo de señores con barriga pronunciada mirando la televisión. Cual vieja de callejón me acerqué y miré de reojo lo que veían. Era un partido de fútbol en el cual el ganador no iba a segunda división. El equipo victorioso recibía el aliento de la gente en el estadio. Los entrevistaban como si fueran héroes. "¿Eso ven?" - Pensé. Qué perdida de tiempo. Pero me he dado cuenta que el fútbol es vital aquí. Las vedettes no tendrían de donde colgarse para la fama. A veces con un empate la mayoría festeja, se pone la camiseta, salen a las calles con bombos a gritar interrumpiendo el tránsito. Piden que el entrenador se quede para siempre y si es posible que sea presidente de la república. He subido a algún taxi y está escuchando el partido entre Aurich y el Vallejo. ¿No hay música? pero con "los prisioneros" en las radios ochenteras todo el día no hay mucho que escuchar en realidad.

Fui al estadio monumental a ver un partido de la selección nacional en palco alguna vez. A diferencia de la época del coliseo romano, la gente paga más por estar más lejos del escenario donde se lleva a cabo la matanza. He pagado VIP en raves y me han mandado al fondo y en segundo piso. ¿Para eso pago más? Lo bueno que si eres VIP no te revisan tanto, en cambio si eres "general" te revisan como si fueras irakí en aeropuerto de Estados Unidos.

He visto llorar al Veco cuando Maradona fue suspendido por el antidoping en el 94. He visto en polvos rosados que venden dvds de la época dorada del fútbol peruano. He visto pirañas con camisetas de la Alianza y de la U. He visto futbolistas con carros del año escuchando salsa a todo volumen. También los he visto en programas de baile, pero nunca en un mundial. Creo que es un buen negocio, debería hacer mi equipo de fútbol. No importa si juegan mal, me consigo un grupo de mulatos y 2 blanquitos que les guste la salsa, les pongo apodos de animales que ya no sean "puma" o "foquita" pero podrían ser "tortuga", "sachavaquita" y "perezoso". Que alguno salga con "lucecita" o con el títere de vieja de "Hola Perú" y la hago linda. Me ganó una universidad con esa idea creo.