Me levanto porque suena la alarma de un carro. No entiendo porque le ponen la misma a todos los autos, al final no saben si suena el suyo o el de otro. Tocan el intercomunicador mientras intento servirme mi desayuno. Son los enternados con maletín que vienen a hablarme de religión. Espero con ansias que sea febrero para salir por el balcón y lanzarles un globo con agua helada por la ventana o mis zapatos como lo hicieron a Bush. No basta con los brasileros que vi en la madrugada por la televisión echando papeles al agua para dar una oración de sanación, también rifan una rosa blanca diciendo que ha sido bendecida en algún lugar muy lejando. Cambié de canal para ver a esa hora al vendedor de fotocopiadoras que tiene un parecido a Peter Griffin (Family guy) ofreciendo el negocio del año.
Me sorprende Angélica, la bruja de visión 20, cuando me recomienda echarme por tres días a la cara un aceite al cual le eché orégano, pétalos de rosa naranja, pachuli, agua, sal, pimienta, berenjena, mote, arroz sin preparar, una cebolla blanca, una pepa de rocoto, trozos de mango, tres gotas de limón y una de vinagre; prendo una vela morada antes de hacerlo y así según ella me atraerá el amor. Aunque con ese olor en la cara lo dudo. ¿En quién debo creer? Quizás en algún chamán que pone su anuncio en un diario de 50 céntimos donde sale cogiendo un cráneo y una maraca roja al lado de Susy Diaz prometiéndome que con un baño de florecimiento y una pasada de cuy me traerá mucha suerte. Es difícil creerle teniendo en cuenta que ese anuncio está al lado de “Sasha” golosa potoncita escolar ardiente peliroja que brinda sus servicios a ejecutivos y turistas.
Estudié en un colegio de Agustinos Recoletos, donde me decían que debía ser generoso con los demás, pero también una profesora en los exámenes me prohibía prestar un mísero borrador a un compañero.
Debería formar mi propia religión como Maradona y hacer misas de sanación, regalar mala hierba en lugar de rosas, para no discriminar a las pobres plantitas y mandar gente a tocar timbres los domingos en la mañana para despertar a los resaqueados. Al menos ya tengo mi grupo en el Facebook, es un buen inicio.
Me sorprende Angélica, la bruja de visión 20, cuando me recomienda echarme por tres días a la cara un aceite al cual le eché orégano, pétalos de rosa naranja, pachuli, agua, sal, pimienta, berenjena, mote, arroz sin preparar, una cebolla blanca, una pepa de rocoto, trozos de mango, tres gotas de limón y una de vinagre; prendo una vela morada antes de hacerlo y así según ella me atraerá el amor. Aunque con ese olor en la cara lo dudo. ¿En quién debo creer? Quizás en algún chamán que pone su anuncio en un diario de 50 céntimos donde sale cogiendo un cráneo y una maraca roja al lado de Susy Diaz prometiéndome que con un baño de florecimiento y una pasada de cuy me traerá mucha suerte. Es difícil creerle teniendo en cuenta que ese anuncio está al lado de “Sasha” golosa potoncita escolar ardiente peliroja que brinda sus servicios a ejecutivos y turistas.
Estudié en un colegio de Agustinos Recoletos, donde me decían que debía ser generoso con los demás, pero también una profesora en los exámenes me prohibía prestar un mísero borrador a un compañero.
Debería formar mi propia religión como Maradona y hacer misas de sanación, regalar mala hierba en lugar de rosas, para no discriminar a las pobres plantitas y mandar gente a tocar timbres los domingos en la mañana para despertar a los resaqueados. Al menos ya tengo mi grupo en el Facebook, es un buen inicio.
2 comentarios:
Si mantuvieras a esa fiera de 4 patas, 55 kilos, 4 caninos y mirada terrorifica en tu entrada, tus mañanas serian dignas de un 1ero de enero por la mañana.
Tus textos prepararlos debes, tu manager, proximamente te visitara... Salgo de vaca.
Mi rottweiler está en casa de mi abuela, en mi depa solo tengo un remedo de guardián que los domingos descansa su santa resaca. Espero su visita señor Alex "guille" M.
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