
Una impulsadora de Bimbo me invita a probar panetón trayéndome nuevamente al tiempo presente. Mientras empujaba mi cochecito me imaginaba que los tricicleros del centro de Lima estarán con su parlante vendiéndolo a un sol cincuenta interrumpiendo el paso de las combis y de los peatones. De seguro en estos días los canales nacionales pondrán películas como "Mi pobre angelito" en su programación. Harán sus propagandas con melodías cursis como la del chavo cuando se va de la vecindad con una imagen de todos los hijos del personal técnico que labora en el canal deseando una feliz navidad a todas las familias peruanas. Empezarán los comerciales de helados y de cervezas con gente muy delgada en la playa, no entiendo eso porque la gente que consume cerveza suele tener una barriga muy navideña (al estilo de Papá Noel). Pobre de los pavos, pavitas y lechones, se sentirán como los judíos en Alemania durante el mandato de Hitler. Algunos jugarán "el amigo secreto" de manera obligatoria, yo siempre tenia mala suerte para ese juego. El olor a pólvora estará en las calles, estará prohibida su venta, pero estamos en Perú. Habrá campañas para incautar artefactos pirotécnicos. Canal 5 en la esquina de la televisión recolectará vivieres en el programa de la rulitos. Habrá chocolate caliente en pleno verano. Comeré pavo post navideño durante unos 3 días. Habrán niños jugando en las calles el día veinticinco luciendo sus nuevas bicicletas, skates, zapatillas y el resto de chucherías que la campaña navideña chilena en sus días R ofrecerá. No es que odie la navidad, me encantan los regalos pero siento que se distorsiona el sentido original. Todo es tan predecible en esta época. Me iré a armar mi arbolito y el nacimiento, pondré luces en mi ventana solo para que mi departamento se vea más bonito que el del costado y así generar la envidia de los vecinos.